- Ecocidios En NL Revelan Falta De Protección Ecológica
- Intervenciones Oficiales Y Patrón De Daño Ambiental Persistente
Los ecocidios atribuidos al gobierno estatal se ha vuelto más visible en medio del aumento de investigaciones locales y federales. Junto a esto, la obstrucción del Río La Silla intensificó la percepción de daño ecológico en la entidad. Los ciudadanos, especialistas y colectivos exigen acciones claras para frenar el deterioro ambiental y atender los riesgos hidráulicos derivados de obras públicas.
Ecocidios En NL Revelan Falta De Protección Ecológica
Los ecocidios en NL registraron 295 casos en los primeros meses del año. Esta cifra incluye carpetas locales y federales que exponen un incremento constante. De este modo, especialistas advierten que la tendencia confirma fallas de vigilancia y una capacidad institucional insuficiente para contener el daño ecológico.
La Fiscalía estatal reportó que entre enero y octubre se abrieron 269 carpetas de competencia local. Esto representa más del 90 por ciento del total estatal. Los datos muestran que la mayoría de las denuncias derivan de actividades comunes como incendios, maltrato animal, contaminación del aire y tala ilegal.
El Secretariado Ejecutivo añadió 26 carpetas de índole federal. Al sumarse, se completan los 295 casos documentados. Así, Nuevo León se posiciona en el lugar 17 del país, pese a su intensa actividad industrial y al crecimiento urbano acelerado que incrementa la presión sobre los ecosistemas.
México registró mil 46 ecocidios en el año. Tamaulipas lidera esa lista con 96 casos. Después aparecen Jalisco con 80, Baja California Sur con 79 y Michoacán con 69. En contraste, Guanajuato, Aguascalientes y Zacatecas reportan menos de 10 incidentes.
Frente a este panorama, expertos señalan que los 295 casos en NL evidencian un deterioro estructural que requiere reforzar la vigilancia, mejorar la investigación y consolidar programas preventivos para evitar que la incidencia siga aumentando en los próximos meses.
Riesgos Crecientes Por Obstrucción En El Río La Silla
La obstrucción del Río La Silla abrió una nueva línea de preocupación pública. La intervención incluyó rellenar el cauce e instalar tubos subterráneos para permitir el paso del agua. Sin embargo, vecinos afirman que el flujo disminuyó desde el inicio de la obra.
Además, la comunidad menciona que el agua luce más turbia y con mayor cantidad de sedimentos. Aunque esta percepción carece de confirmación oficial, se ha consolidado como evidencia ciudadana de afectación ecológica. La inquietud principal radica en los riesgos hidráulicos que podrían intensificarse en temporadas de lluvia.
El proyecto contempla un puente peatonal para conectar Capullos con el Parque del Agua. No obstante, los habitantes cuestionan la falta de información técnica. Temen que la estructura provisional funcione como una barrera, debido a que describen el relleno como una represa improvisada que impediría el flujo natural del río.
Guadalupe ha enfrentado lluvias intensas que elevan rápidamente el nivel del Río La Silla. Por ello, vecinos consideran irresponsable avanzar sin medidas claras de mitigación. Además, exigen conocer los estudios hidráulicos que justificarían la seguridad del proyecto.
La obstrucción del Río La Silla también generó complicaciones en la movilidad. Los accesos al parque lineal fueron cerrados, lo que afectó a usuarios que transitan o realizan actividades recreativas en el área. La comunidad insiste en que la obra comenzó sin comunicación previa ni alternativas para minimizar el impacto social.
Intervenciones Oficiales Y Patrón De Daño Ambiental Persistente
Los residentes señalan que la obstrucción del Río La Silla no es un caso aislado. Más bien, forma parte de una secuencia de intervenciones denunciadas como ecocidios. En el Río Santa Catarina, maquinaria pesada retiró vegetación que funcionaba como barrera natural. En consecuencia, colectivos criticaron la eliminación de árboles y el riesgo de erosión.
En San Bernabé se retiraron áreas verdes consolidadas durante la ampliación de la Estación Talleres. Vecinos denunciaron que estos espacios eran esenciales para la convivencia y mitigación del calor urbano. Todo ocurrió con escasa participación ciudadana y sin medidas claras de compensación ambiental.
Estas intervenciones comparten características comunes. Entre ellas destacan la rapidez en la ejecución, la falta de información pública y la ausencia de consultas con las comunidades afectadas. Para los habitantes, este modelo de decisiones oficiales erosiona la confianza y profundiza la percepción de daño ecológico acumulado en la entidad.
Frente a ello, los residentes exigen transparencia inmediata. Solicitan la publicación de estudios hidráulicos, la revisión de la capacidad de los tubos instalados y la presentación de medidas de mitigación ambiental. Además, piden reforestación y restauración del cauce afectado para garantizar estabilidad ecológica en la zona.
La comunicación del gobierno ha sido limitada. Este silencio oficial acrecienta la desconfianza y alimenta la idea de que la obra prioriza intereses institucionales sobre el bienestar comunitario y la seguridad ambiental.
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