El mundo del jazz se despide de uno de sus grandes referentes. Chuck Mangione, aclamado fliscornista, compositor y figura influyente del smooth jazz, falleció el pasado martes 22 de julio a los 84 años de edad. Su representante, Peter S. Matorin, confirmó que el músico murió mientras dormía, en su casa de Rochester, Nueva York.
La noticia ha causado gran conmoción en la comunidad artística internacional. Músicos, críticos y amantes del jazz han rendido homenaje a la carrera de un hombre que, con su inconfundible estilo y sensibilidad melódica, transformó la forma de entender y sentir la música instrumental.
Con más de seis décadas de trayectoria, Chuck Mangione dejó una huella imborrable gracias a su virtuosismo con el fliscorno, un instrumento de viento similar a la trompeta pero de tono más suave. Su música cruzó fronteras y géneros, llegando a públicos muy diversos en todo el mundo.

Inicios musicales de Chuck Mangione
Chuck Mangione nació el 29 de noviembre de 1940 en Nueva York, dentro de una familia de raíces italianas. Desde muy joven mostró una fuerte inclinación hacia la música. Su interés despertó luego de ver la película El joven de la trompeta, lo que lo llevó a tomar clases de piano a los 10 años.
Más adelante, ingresó a la prestigiada Escuela de Música Eastman, donde profundizó su formación musical. Fue en esta etapa donde decidió enfocarse en el fliscorno, instrumento que lo acompañaría por el resto de su carrera.
Tras graduarse, se unió a la banda The Jazz Messengers, dirigida por el icónico baterista Art Blakey. Esta oportunidad marcó el comienzo de su ascenso en la escena jazzística estadounidense. Tocó junto a grandes figuras del género como Dizzy Gillespie, Ron Carter, Sam Jones y Kai Winding, lo que le permitió ganar prestigio como solista y compositor.
La década de 1960 fue fundamental para su consolidación como músico profesional. Durante estos años, Chuck Mangione desarrolló un estilo propio que mezclaba la sofisticación del jazz con elementos más accesibles para el público general, lo que más tarde se conocería como smooth jazz.
Obras más reconocidas
Entre las composiciones más representativas de Chuck Mangione destacan piezas como Children of Sanchez y Give It All You Got, ambas ampliamente reconocidas por su carga emocional y riqueza armónica. Estas obras se convirtieron en referentes del jazz moderno y catapultaron su carrera internacionalmente.
En 1976, recibió su primer premio Grammy por el álbum Bellavia, nombrado así en honor a su madre. Ese mismo año, compuso la banda sonora de la película Children of Sanchez, una obra ambiciosa y profundamente conmovedora, que le valió su segundo Grammy y una nominación al Globo de Oro.
Sin embargo, fue en 1977 cuando alcanzó la fama global con su sencillo Feels So Good. Esta pieza instrumental se convirtió en un clásico instantáneo del smooth jazz. La melodía, cargada de frescura y ternura, llegó a ser considerada por algunos críticos como la más reconocida desde Michelle de The Beatles, según la edición de 1980 de Current Biography.
El éxito de Feels So Good le abrió las puertas a nuevas audiencias. Su música comenzó a sonar en estaciones de radio de todo el mundo, y sus discos se posicionaron en listas de popularidad tanto del jazz como del pop instrumental.
Chuck Mangione más allá del jazz
Aunque su carrera estuvo profundamente ligada al jazz, Chuck Mangione incursionó en otros espacios de la cultura popular. Uno de los momentos más curiosos fue su participación en la serie animada King of the Hill, donde interpretó una versión caricaturizada de sí mismo.
En 2009, donó varios objetos personales al Museo Nacional de Historia Americana del Instituto Smithsoniano. Entre ellos estaban su característico sombrero de fieltro marrón, partituras originales, discos y fotografías. Esta contribución buscaba preservar parte del legado de un músico que marcó generaciones.
A lo largo de su trayectoria, Chuck Mangione fue nominado en 14 ocasiones al premio Grammy. Aunque no todas las nominaciones se tradujeron en estatuillas, su influencia en la música instrumental fue reconocida constantemente por la crítica especializada y por el público.
Más allá de su virtuosismo, Mangione era conocido por su calidez, humildad y sentido del humor. Sus conciertos se caracterizaban por la cercanía con el público y por la emotividad de sus interpretaciones.
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