Un fuerte estruendo sacudió a la Colonia Unidad Pedreras, Fomerrey 106 en el norte de Monterrey.
Una avalancha de piedras del Cerro del Topo Chico cayó en dos tejabanes, dejando a dos familias a centímetros de la muerte.
Dos mujeres que estaban solas con sus hijos dentro de sus tejabanes ubicados en la calle Privada Sonrisas, en lo alto del sector, lograron salir con vida.
Sus casas eran demasiado frágiles contra el enorme peso de las piedras que se deslizaron violentamente del cerro.
Jennifer Samantha Rocha, de 25 años, estaba con sus hijos Britahny Lizbeth, de 7, Iker Antonio, de 3, y Ailyn, de apenas 7 meses.
Los niños estaban acostados en su cama cuando el desgajamiento de las rocas cimbraron su pequeña habitación, poco después de la medianoche.
A decir de su madre, sus hijos quedaron a centímetros de morir.
Y es que las rocas destrozaron el cuarto donde descansaban, pero ellos resultaron ilesos.
La cocina, los útiles escolares, su ropa y su comida, todo quedó bajó las enormes piedras.
La mujer y sus hijos salieron corriendo, ella cargando a la bebé, entre la densa nube que se formó al desmoronarse parte del cerro.
Al salir, se encontró con su vecina María Guadalupe Pérez González, de 35 años, quien abrazaba a su hija Yamileth, de 11.
Estaban en la misma situación: su tejabán fue destruido por la avalancha, mientras ellas platicaban en la sala.
Sorpresivamente, un árbol detuvo algunas piedras y así evitó que entraran a más rincones de su hogar.
Su baño y parte de un cuarto fueron dañados durante el siniestro.
Elementos de Protección Civil de Monterrey montaron un operativo de ayuda a los afectados, quienes no podrán habitar sus domicilios hasta que especialistas descarten mayor riesgo en esa parte del cerro.
Ahora éstas dos familias se quedaron prácticamente sin nada, pero vivas, increíblemente vivas.
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